Un habitante de un país situado en el ecuador de nuestra Tierra se mueve, solidariamente con ella, a más de 1.600 km/h. Por eso las bases espaciales europeas, norteamericanas y rusas se sitúan tan próximas al ecuador como puedan, para aprovechar esta velocidad inicial. Pero esto no es nada en comparación con la velocidad que llevamos en torno al Sol: unos 30 km/s. El Sol se mueve a unos 200 km/s por la periferia de nuestra Vía Láctea. Nuestra galaxia se acerca a Andrómeda a unos 40 km/s más. Nuestro Grupo Local de galaxias deriva, junto con el cúmulo superior al que pertenece llamado "de Virgo", a unos 600 km/s, que a su vez va hacia el supercúmulo de galaxias Hidra-Centauro a… para qué seguir.
Nuestros telescopios son ventanas y la Tierra es la más maravillosa nave espacial tripulada que podamos imaginar, porque si sumamos todas estas velocidades, veremos que estamos muy por encima de la que alcanzan los mejores vehículos que hemos podido construir.
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