Casi inmortales


Pues sí, la ciencia ficción cada vez está más cerca de la realidad. Ya es virtualmente posible (si se tiene el dinero suficiente) la inmortalidad; pero aún tiene su pega...

Ken Hayworth
Ken Hayworth, un científico norteamericano que trabajaba en un laboratorio de Jets a Propulsión, leyó un artículo de Ralph Merkle, un colega científico, titulado "Análisis de Estructuras Cerebrales a Gran Escala", y entonces se le ocurrió: La única manera de respaldar el contenido de la mente en un soporte magnético es entender, primero, la circuitería del cerebro. Para hacer tal cosa era necesario cortar láminas de cerebro lo suficientemente delgadas para exponer una capa única de neuronas al microscopio electrónico.

ATLUM

Tras muchos años intentando conseguir financiación para llevar a cabo su visión, y después de numerosos rechazos y mofas por lo "ridículo e imposible" de su idea, fue admitido por un académico de la U.S.C. (University of Southern California) como ayudante en una investigación sicofísica. Una vez dentro, pudo dedicarle tiempo a su proyecto hasta que diseñó un prototipo. Con ese prototipo consiguió despertar el interés de un profesor de Harvard, junto con el cual finalmente lo construyeron y lo presentaron postulando al McKnight Endowment Fund (Fondo de Dotación para la Neurociencia McKnight). Consiguieron 200.000 dólares de financiamiento, y se les abrieron las puertas del  Center for Brain Science de la Universidad de Harvard, en donde construyeron el ATLUM (Automatic Tape-collecting Lathe Ultramicrotome) que ya va en su segunda generación.

ATLUM2
Esta máquina automatiza el corte de tejido cerebral y su recolección en una cinta. Un trabajo que no es imposible pero sí titánico. Hace varios años, un grupo de científicos cortó y mapeó a mano el cerebro de un gusano nemátodo de la especie C. Elegans, cuyo volumen es de apenas 0.01 mm3. No es mucho pero un gusano no necesita pensar demasiado, y el proceso tomó años. Por lo mismo, sería impensable hacerlo para animales superiores sin la ayuda del invento de Ken Hayworth. 

Actualmente, el modelo ATLUM2 está trabajando en el cerebro de una rata. Este órgano, del tamaño de una nuez, es precortado mecánicamente en 400 trocitos. Cada uno de ellos se utiliza para alimentar el ATLUM2 que a su vez corta cada uno en 5000 láminas de 30nm de espesor, las cuales a su vez se cortan en “estampillas” de 1 x 5 mm de superficie. Cada una de éstas pasa luego por un proceso de tinción y adhesión a una cinta magnética, que a su vez pasa por el microscopio electrónico para su procesamiento e indexado. Al final, tienen un cerebro mapeado en un cassette, pero no es un proceso trivial y hasta ahora han procesado apenas 1000 estampillas.

La máquina no es perfecta aún y demorarán un buen tiempo en calibrarla antes de pensar en usarla para mapear de verdad la estructura electrónica del cerebro de rata: por ahora se están cerciorando apenas de que los cortes sean bien hechos. Como sea, cuando la cinta realmente recolecte e indexe información propiamente tal,  será posible simular una rata real.

Paralelamente se ha avanzado mucho en sistemas informáticos de "inteligencia artificial" y, técnicamente, sería posible modificar o crear uno de esos programas introduciendo los patrones digitalizados del cerebro, con lo que tendríamos las conexiones reales de las neuronas de un cerebro traducidas en idioma informático.

¿Qué produce esto?. Un cerebro duplicado en un ordenador que puede seguir evolucionando dentro de la máquina. En otras palabras: un cerebro "vivo y consciente" fuera de su cuerpo en un entorno artificial. Otra cuestión es imaginar cómo actuaría un cerebro privado de toda sensación (ya que un ordenador no tiene ojos, nariz, oídos, piel ni movilidad). ¿Pero podrá quizá un cerebro digitalizado y consciente viajar libremente por Internet, utilizar cámaras web, de vigilancia e incluso telescopios como ojos?. ¿O podremos quizá duplicar mecánicamente el cuerpo mejorado que contenía el cerebro digitalizado?. Actualmente esta tecnología cuesta miles de millones, aunque no está tan en pañales como la gente de a pié podría pensar. Quizá en el futuro sea asequible (como los ordenadores antaño eran caros gigantes y ahora es barato tener uno en nuestro escritorio) e incluso puede que llegue a ser una práctica común desechar nuestros cuerpos adultos para reemplazarlos por máquinas eternas.



Opinión del aprendiz:
 
Esto sigue siendo ciencia ficción, pero también lo era "De la Tierra a la Luna" cuando Verne lo imaginó y sólo 100 años después se convirtió en ciencia.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario