El Ángel Caído de Madrid


"Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el Empíreo, reflejándose en ellas el dolor mas hondo, las consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado."

'El paraíso perdido', John Milton


En el parque de El Retiro de Madrid, antiguos jardines privados regalados a Felipe IV por el Conde Duque de Olivares en el año 1630 y que Carlos III, casi cien años después, abrió al público, se alza una efigie sobre una fuente representando nada menos que al Ángel Caído por excelencia: Lucifer.

La estatua es obra del escultor Ricardo Bellver en el año 1877, cedida al Ayuntamiento de Madrid en 1879 y colocada en 1880 sobre un pedestal diseñado por el arquitecto Francisco Jareño expresamente para que reposara en el antiguo emplazamiento de la Fabrica de Porcelana de la China, destruida durante la Guerra de Independencia Española (1808-1814). El conjunto se inauguró oficialmente en 1885.



En lo que hoy es la Glorieta del Ángel Caído se levantaron antaño varias construcciones. La más antigua de que se tiene noticia es la ermita de San Antonio Abad o San Antón, de tiempos de los Austrias. Tras su derribo, Carlos III mandó edificar en el lugar la mencionada Fábrica de Porcelanas, a semejanza de la existente en Nápoles. Desde que fue destruida en la guerra, el solar permaneció vacío hasta que se erigió la Fuente.

La fuente mide unos 10 m de ancho, 10 m de largo y 7 m de alto (la estatua mide 2,65 m de alto). Su base de granito tiene forma de pirámide truncada, de planta octogonal, y en cada uno de sus lados figura una carátula de bronce que representan a diablos que sujetan con sus manos lagartos, sierpes y delfines, y en cada una de ellas hay tres surtidores de los que emana el agua. Sobre dicha base se sitúan otros dos cuerpos también troncopiramidales, pero con menor inclinación. Y a continuación un tercer cuerpo, de mucha menor altura y compuesto por tres escalones de planta circular, sobre el que descansa la escultura principal que remata el monumento.

 
La estatua del Ángel Caído se encuentra, por casualidad o no, a una altitud topográfica de 666 metros sobre el nivel del mar. Esto, unido a la creencia popular según la cual el monumento es un de homenaje a Lucifer, al mal, o a lo herético, despierta la imaginación de muchos aficionados al esoterismo que consideran este punto de la ciudad una auténtica Puerta del Infierno.

Se suele decir que éste es el único monumento del mundo dedicado al Ángel Caído, pero no es así. En Turín, Italia, también hay un monumento dedicado a Lucifer llamado Monumento al Traforo del Frejus y en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, hay otra estatua que representa al diablo en el Rockefeller Center.

Monumento al Traforo del Frejus

















Prometheus "Lucifer", Rockefeller Center

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